La crisis entre Estados Unidos y Colombia, originada por la exigencia del presidente Gustavo Petro de respetar a los colombianos deportados, se conjuró luego de que ambos países llegaron a un acuerdo que frenó medidas unilaterales impuestas por el presidente Donald Trump.

La Casa Blanca emitió un comunicado según el cual “El Gobierno de Colombia ha aceptado términos del presidente Trump, incluida la aceptación irrestricta de todos los extranjeros ilegales de Colombia regresados de los Estados Unidos, incluso en aviones militares estadounidenses, sin limitación ni demora. Con base en este acuerdo, las sanciones y tarifas planeadas se mantienen en reserva y no se firmarán a menos que Colombia no cumpla con este acuerdo”.

Una semana de trabajo le permitió al presidente Gustavo Petro definir los alcances de la medida extraordinaria, y este viernes decretó el estado de conmoción en 17 municipios de Catatumbo en Norte de Santander y Cesar, y en los territorios de los resguardos indígenas Motilón Barí y Catalaura.

La medida pretende enfrentar la guerra entre fracciones de disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc, extintas) y el Ejército de Liberación Nacional (Eln), y sus consecuencias para la población civil.

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) entregó el primer balance de los hallazgos realizados en La Escombrera, en la Comuna 13 de Medellín. Allí podrían reposar los restos de 500 personas que fueron desaparecidas en la Comuna 13, según reporte de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (Ubpd).

En La Escombrera están las víctimas de operaciones criminales hechas bajo la política de seguridad del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez. Según informa la JEP, entre 2001 y 2004, se realizaron 34 operaciones militares en la zona, donde el ejército, con apoyo de grupos paramilitares, como el Bloque Cacique Nutibara, desaparecieron y mataron a decenas de personas, para después desaparecerlas y enterrarlas bajo cientos de escombros.

El presidente Gustavo Petro madrugó este viernes a declarar que, por crímenes de guerra cometidos horas antes en zonas Catatumbo por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), suspende los diálogos de paz que su Gobierno adelantaba con esa organización sediciosa.

“No tienen ninguna voluntad de paz”, argumentó Petro en sus cuentas de las redes sociales, como reacción a una inusitada oleada violenta desatada por el ELN en la franja limítrofe nororiental con Venezuela.