Por Dr. Polito
Entender el Centro Democrático (CD) es tan fácil como decir que el sub iudice Álvaro Uribe Vélez lo es todo. Todo y más.
Allí, aunque no quieran, todos se arrodillan cuando él dice, caminan o se detienen, miran a un lado o al otro, viven o mueren cuando, zurriago arriero en mano, él lo determina.
Lo hacen a ciegas, porque el “Presidente eterno”, como lo alaban, lo es todo. En lo político, es como en la iglesia Católica: fuera de él no hay salvación. Ese es el credo redentor.
“Creo en Álvaro Uribe Vélez, nuestro Dios, nuestro Padre todopoderoso, creador del CD, y en su sagrada palabra (aunque trate de hijueputas a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia…), rezan día y noche desde los más cercanos sacamicas hasta el más lejano cofrade.
Todo lo decide, y no hay explicación posible para nadie. Dios no da explicaciones, y el que dude de su ominsapiencia o piense un tris distinto, se jode y será arrojado a las tinieblas exteriores, “donde solo hay llanto y crujir de dientes”, al decir de Lucas.
Si alguien duda, le bastará con preguntarle al expulsado y escarnecido Miguel Uribe Londoño.
O que espere a mañana, para que María Fernanda Cabal, Paloma Valencia o Paola Holguín intenten explicar porque debieron declinar sus aspiraciones presidenciales en favor del que dijo Uribe.
Las tres saben —siempre lo han sabido— que para el gran Burundún-Burundá más vale pájaro que nido.
Dios lo dijo este martes, cuando, en referencia a que Uribe Londoño ya no estará más, que el CD sigue en la búsqueda de su candidata para la presidencia, pero se apresuró a repetir que busca alianza en la que quepan desde el muy cuestionado Abelardo De la Espriela hasta el siempre tibio Sergio Fajardo. Omitió a Juan Carlos Pinzón, porque no le pareció bien exteriorizar sus complacencias tan temprano.
El argumento para expulsar a Uribe Londoño, que encabezaba todas las encuestas en el CD, fue su negado acercamiento al cuplipronto De la Espriella, quien le contó a Uribe. Este, en actitud que en el CD nadie cuestionará jamás, se alegró de la expulsión y, de manera abierta, habló de una posible alianza con el soplón.
Uribe Londoño tiene su historia con el enorme desfalco en el Banco del Estado. Pero ¿acaso tener historia negra no es requisito para figurar enn el CD? El mismo ex tiene varias y muy negras, en realidad, muchas, horribles ¿o no, senadoras Cabal, Valencia, Holguín?
No olviden que una de ellas fue echada a patadas de la Fiscalía, al parecer por informarles a algunos narcos de las actividades de los fiscales contra ellos, ni que el padre de otra fue cómplice, como testaferro, de Pablo Escobar y otros narcos antoqueños, ni que la otra defendió a grito herido al exfugitivo criminal Andrés Felipe ‘Uribito’ Arias, por su delictivo manejo de recursos del Estado a través del embeleco Agro Ingreso Seguro.
Así es el CD, un partido que nació corrupto, creció corrupto y va a morir putrefacto, porque quienes son parte de él han vivido en estado de corrupción absoluta y, hasta hace algún tiempo, amparados en una impunidad que solo produce vómito.
Y, con la corrupción como bandera, han manejado a Colombia, y aspiran a volver a hacerlo.
No extraña a nadie que, entre corruptos, muchos de ellos delincuentes, la traición sea un recurso válido usual. Y la expulsión del candidato es muy clara muestra de ello.
A Uribe Londoño lo echaron mediante un burdo comunicado de la siempre burda dirección del partido, conocido en forma simultánea con otro, del expulsado, en el que aseguraba: “Lo reitero: ni renuncio ni me renuncian (…) ¿Cómo voy a renunciar si voy ganando?”.
Palabras obvias y comprensibles, las de un despistado Uribe Londoño, que olvidó que donde manda capataz no manda cocheche, y menos, contrariando a los sacamicas del jefe.
Pero, cabe una pregunta: ¿cómo, un partido que ha estado en el poder largos años, con experiencia suficiente y con dos expresidentes en su haber, puede cometer burradas como la de expulsar a su mejor precandidato presidencial mediante un simple comunicado?
Horas antes, la encuesta indicaba que Uribe Londoño era el cuarto en la lista de prefferencias electorales de los colombianos. Con 4,2 por ciento, les ganaba a las tres, Cabal, Valencia y Holguín juntas, que solo alcanzan un desmirriado 2,9 por ciento.
El episodio es menos claro en la medida en que Uribe Londoño fue propuesto por el propio dueño del partido, pero la sapería de un aspirante de otro partido, que pretende ser el candidato de toda la derecha, deriv{o en la purga sin contemplaciones.
Con Uribe Londoño y las tres mujeres como aspirantes, el CD retomó, un poco tarde, la campaña, solo para enfrentarse a una situación interna difícil relacionada con la consulta interna en busca de candidato oficial.
Una encuesta puso a Uribe de primero, pero los contrincantes, o, mejor, las contrincantes, argumentaron que el sondeo fue pagado por empresarios amigos del ganador. Una propuesta de otra firma encuestadora generó desconfianza.
Entonces, vino lo usual en los nidos de víboras cuando la normalidad se altera: todos comenzaron a morder a traición a los demás, y el propio mandamás intervino para pedir que se dedicaran a formular propuestas, en vez de acusar al presidente Gustavo Petro de lo divino y lo humano, mientras él se tonaba un tiempo para decidir cómo imponer calma. La condena de su hermano por asesinato lo había mantenido ocupado, mientras las puñaladas iban y venían entre sus seguidores.
Pero, ¿por qué se dejó llevar por la intriga foránea, en vez de llamar al orden a Uribe, al que puso ante el país como el que sería un candidato idóneo? ¿Por qué expulsarlo, sin siquiera permitirle defenderse?
Sencillo. Porque, a pesar de las apariencias, Uribe Londoño nunca fue el hombre que diría el eterno.
“Desmiento categóricamente que haya renunciado al Centro Democrático y al proceso interno de la escogencia del candidato de nuestro partido”, dijo el expulsado en un videoen sus redes sociales. “Nadie, absolutamente nadie, puede decir que yo he dicho eso (que dijo De la Espriella). He conversado con múltiples actores políticos en aras de construir la unidad nacional que necesita Colombia. Es inaceptable que se me excluya de un proceso del cual soy parte por versiones de prensa o de llamadas telefónicas. Sigo firme en mi aspiración. Como ya lo afirmé: no renuncio ni me renuncian. Pido al Centro Democrático que rectifique esta información”.
Obviamente, el CD jamás va a rectificar, para sus dirigentes, todo lo que decidan, digan y piensen, no importa qué cosas sean, son la verdad. Y punto.
Y con mayor razón, si lo énsado, lo actuado y lo decidido es obra del sub iudice expresidente. En síntesis, él es el CD, pésele a quien le pese, y con él se hundirá, algo que podría no estar lejano en el tiempo.
Realmente, y contra el criterio de sus sacamicas, defensores, lacayos y sirvientes, él no es Dios. Es apenas un remedo con pies de barro, cada vez más y más podrido, y su reino es el infierno.
Tampoco, Miguel Uribe Londoño es el candidato irremplazable del gamonal de El Ubérrimo, ni mucho menos Abelardo, el engendro inútil, y ladrón, según Uribe, el llamado a reemplazar a Gustavo Petro.