Durante la posesión del canciller Luis Gilberto Murillo Urrutia, el presidente Gustavo Petro le dijo que su reemplazo en la embajada en Washington será el historiador y periodista Daniel García-Peña Jaramillo.
"Ese trabajo que usted desempeñaba lo va a asumir Daniel García Peña como nuevo embajador de Colombia ante los Estados Unidos, para llevar esta difícil tarea de una nueva agenda entre los Estados Unidos y toda la América, para lograr paz, tranquilidad y un avance real de la vida en el planeta", dijo Petro a Murillo.
García-Peña es historiador de Belmont Abbey College, se ha desempeñado como Comisionado de Paz durante el gobierno de Ernesto Samper Pizano y ha sido docente en varias universidades, principalmente la Nacional.
En su hoja de vida no tiene registros de actividad diplomática, pero es un experto conocedor de los asuntos internacionales.
El presidente Juan Manuel Santos lo nombró cónsul en París en 2012, justo después de haber sido el director Distrital de Relaciones Internacionales de la alcaldía de Bogotá, den el período de Petro.
Precisamente, fue jefe de debate del actual presidente en la campaña a la Alcaldía de Bogotá, de donde salió de manera cuestionada.
"En la política, las formas son de fondo. No basta con tener principios correctos ni la razón científica. Un déspota de izquierda, por ser de izquierda, no deja de ser déspota", escribió hace 12 años García-Peña, luego de que el entonces alcalde de Bogotá aceptara la renuncia María Valencia Gaitán, nieta del asesinado Jorge Eliécer Gaitán, esposa de García-Peña y actual directora del Centro Nacional de Memoria Histórica.
Hasta hoy, Murillo se desempeñaba de manera alternada como embajador en Estados Unidos y como canciller.
Cada 15 días se desplazaba a dicho país para mantener sus labores como diplomático. En su ausencia esas labores estaban siendo asumidas por Daniel Ávila Camacho, encargado de negocios de Colombia en Estados Unidos.