El niño acusado de disparar contra el senador Miguel Uribe Turbay en el Parque El Golfito, occidente de Bogotá, no aceptó los cargos que le formuló la Justicia, y, como con secuencia, se declaró inocente.

Lo asiste un abogado y vigila el proceso el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf).

Durante una audiencia ante un juez del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes, el joven no aceptó los cargos imputados por la Fiscalía de tentativa de homicidio y porte ilegal de armas.

Como consecuencia, la Fiscalía General de la Nación anunció que pedirá una medida de internación preventiva del niño, de 15 años, en un centro especializado, mientras avanza el proceso judicial.

Herido de dos balazos en una pierna, fue aprehendido por civiles mientras buscaba huir del sector del atentado, y pateado en la cabeza mientras estaba en el suelo con varias personas que lo sujetaban, entre ellas al parecer algunos escoltas.

Según las Fiscal General de la Nación, Luz Adriana Camargo, citada por medios de prensa de Bogotá, el muchacho se expone a una sanción de hasta ocho años, “que no es propiamente de prisión, sino una que, bajo los lineamientos de la Ley 1098, es educativa, reparadora y tiene por fin restablecer los derechos de ese menor”.

La Fiscalía pidió que de inmediato se imponga una medida de internamiento privativa de la libertad en el búnker de la Fiscalía, para garantizar la seguridad del acusado.

El niño es, hasta ahora, la única persona bajo seguridad y acusada del atentado, que mantiene a Uribe en “estado muy grave” en la clínica de la Fundación Santa Fe, en el norte de Bogotá.

Según la legislación colombiana, a los medios de comunicación les está prohibido publicar fotos o detalles que permitan identificar al menor autor o víctima de un delito.

Al niño le fue encontrada una pistola Glock de 9 milímetros de calibre, comprada legalmente por Charles Joe Anderson en la tienda AJI Sporting Goods, en Mesa, Arizona, muy cerca de la frontera de Estados Unidos y México.

Sin embargo, se desconoce la forma como el arma llegó a Colombia y, en especial, a manos del niño.

El origen del arma usada en el atentado es una de las pistas más sólidas que tienen hoy la Fiscalía y la Policía para seguir subiendo en la cadena criminal responsable del ataque contra Uribe.

La Fiscalía intenta vincular la pistola a otros asesinatos ocurridos en Bogotá y el centro del país. Con esa pista y las declaraciones del menor arrestado, que estuvo en programas de apoyo a población marginada, tanto del orden nacional como del Distrito, se avanza para determinar plenamente la red a la que pertenecía y a quién le vendió sus servicios criminales.

La fiscal Camargo y el director de la Policía, general Carlos Triana, coincidieron en señalar que el atentado habría sido orquestado por una organización criminal ‘de alto impacto’ que habría ‘tercerizado’ el crimen.

En el sitio del atentado se recuperaron 15 vainillas de munición.