Luz Adriana Camargo Garzón, la nueva Fiscal General de la Nación es una experta en cazar corruptos poderosos.
Guatemala lo sabe. Ella fue la mano derecha del actual ministro de Defernsa, Iván Velásquez, en la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).
Allí, barrieron con cuanto corrupto se atravesó en sus investigaciones.
Camargo es tan severa y contundente, que su sola elección ya generó miedo en los corruptísimos Centro Democrático (CD) y el uribismo.
Solo minutos después de conocerse el resultado de su elección como reemplazo de Francisco Barbosa, por la radio se escuchó la voz de la congresista Paloma Valencia diciendo que demandar la elección de Camargo era, en ese momento, una posibilidad que las directivas del partido se aprestaban a analizar.
La razón tenía que ver con la probabilidad de que, ante la renuncia sorpresiva de Amelia Pérez Parra a la terna de candidatas del presidente Gustavo Petro, conocida cuando se iba a iniciar la elección.
El CD estaba listo para analizar si, al elegir a una de las dos restantes candidatas, se cometería una ilegalidad, pues la terna reglamentaria había dejado de existir.
Es probable que en la reunión del CD hayan analizado la posibilidad de la demanda. Pero, al final, conocedores de la eficiencia y la eficacia de Camargo, desistieron de demandar y reconocieron la legalidad de la elección.
La conclusión del CD y del uribismo debió ser unánime: en materia de corrupción de los poderosos, y con suficientes rabos de paja, tanto de su gran jefe, Álvaro Uribe, como de muchos de sus seguidores, lo mejor es quedarse quietos.
Y eso decidieron los directivos de la colectividad de ultraderecha.
Camargo es abogada de la Universidad de la Sabana y magíster en derecho penal y criminología.
Nació en 1965 en Bogotá. Hasta la universidad tuvo una educación conservadora. Primero en el colegio de monjas, María Mazzarello, y luego en la Sabana, del Opus Dei.
Empezó su carrera trabajando en la rama judicial como funcionaria de un juzgado y luego fue juez de instrucción criminal, entre 1987 y 1989.
En 1992 entró a trabajar en la Fiscalía General, donde estuvo de manera casi ininterrumpida hasta el 2004, cuando llegó a ser fiscal delegada ante la Corte Suprema, el cargo que investiga a los funcionarios públicos aforados.
De ahí saltó a la Corte Suprema. Fue magistrada auxiliar de la Sala de Casación Penal y trabajó con Iván Velásquez cuando él pertenecía a la Corte Suprema de Justicia.
Camargo y Velásquez trabajaron en la Comisión de Apoyo Investigador de la Sala Penal, cuando empezó la misión de investigar quiénes fueron los congresistas que tuvieron nexos con paramilitares, es decir, la llamada parapolítica.
Ahí empezó una relación de trabajo larga con Velásquez que giró alrededor de la investigación penal de corrupción de personas poderosas.
En la Cicig apoyó, entre otras, investigaciones de corrupción de alto perfil contra el expresidente Otto Pérez Molina.
Una de sus colegas guatemaltecas recuerda a Camargo como, “trabajadora exigente, analítica, que siempre preguntaba cómo íbamos a probar todo”.
Camargo tenía una mirada centrada en los detalles que hizo que la acusación al expresidente Pérez fuera larga y difícil de entender para los jueces.
En 2018, fue consultora del Equipo de Seguimiento Especial y asesoró a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) en el seguimiento de investigaciones penales en Ecuador y Colombia, en el caso de los periodistas del diario quiteño El Comercio, quienes fueron secuestrados y asesinados por el Frente Oliver Sinisterra.
En una consultoría posterior, Camargo trabajó con varias oenegés de izquierda en 2020. Hizo un informe sobre asesinatos de líderes sociales para Forjando Futuros, fundada por Gerardo Vega; la Comisión Colombiana de Juristas, y la Intereclesial de Justicia y Paz, donde trabajó Juan Fernando Petro, hermano del presidente. El oinforme final hace duros señal;amientos al indicador de esclarecimiento de la Fiscalía, y afirma que existe una sistematicidad en esos homicidios.
También en el mundo de la consultoría volvió a trabajar con Iván Velásquez, en la fundación que él fundó, Corporación Justicia y Democracia, en un proyecto sobre la reforma a la Policía Nacional.
Curiosamente, Camargo llegó a la terna de candidatas a la Fiscalía, ante la renuncia de Amparo Cerón, en septiembre pasado.
Camargo fue elegida en la quinta sesión de la Sala Plena de la Corte, con una mayoría de 18 votos. Su período vencerá en 2028.