Por Dr. Polito
Pacho Santos se declaró guerrero. Para disipar su aburrimiento, sueña con que juega ser un Terminator criollo. Porque, en serio, solo sería un azuzador, incapaz de otra cosa.
Lamentablemente, este guerrerista solo es un picapleitos intrascendente y cobarde, que jamás le dará la cara a un fusil.
Prefiere las motosierras, pero si las maneja él.
Y ama las guerras cuando él las azuza, como la que dice que podría haber en Colombia, y por la que muy probablemente delira.
Siempre tirará piedras con mano ajena y se esconderá detrás de otros, como los paramilitares a los que invitó a organizar el Frente Capital y a que actuaran por él, según Salvatore Mancuso.
La razón es clara: ¿cuándo un rico pelea una guerra? Para eso están los pobres convertidos en soldados de ambos lados.
Por fortuna, a Pacho solo le cree Vicky Dávila, o Dádivas, como le dicen en las redes sociales.
Ella lo entrevistó para el semanario en que trabaja, y él resultó con una de sus eternas y brabuconas sandeces: “Si toca, nos va a tocar organizarnos”, dijo, luego de llenarse la boca argumentando que “Petro quiere una guerra civil”.
“Petro, es a lo que está incentivando, ¿o usted qué cree, que Petro cuando llama a las calles qué es lo que quiere?”, especuló. “Petro solo sabe hacer eso y resulta que la vez pasada, cuando lo hicieron con una primera línea que mató, que asesinó, que incendió, ¿usted cree que la Policía la va a parar? Nos va a tocar a los ciudadanos, eso lo digo clarísimo, porque el señor Petro loque quiere es crear ese daño con una Policía desmoralizada”.
Y, como es su costumbre, invitó a hacer algo que, si lo hacen los demás, es malo; pero bueno, si el organizador es él: un plantón el 17 de febrero, “para rechazar el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), porque la Corte se respeta”.
Y, siniestro y con sus modales barriobajeros, lanzó su proclama de guerra: “Si nos toca salir a defender a la Corte, a defenderla, si los señores de la minga indígena van a venir a presionar, nos va a tocar organizarnos a nosotros también, y el señor Gustavo Petro va a tener una guerra civil, que es lo que quiere, [lo que] desea”.
Lugo, en el colmo de su soberbia y de su ambición desmedida, soñó con la posibilidad de ser presidente en 2026.
“Lo primero que haría (sería) cancelar la oficina del alto comisionado para los derechos humanos. ‘Hasta la vista, usted aquí no sirvió para un carajo’. Son unos sinvergüenzas unos y otros”.