El Gobierno del presidente Gustavo Petro siguió avanzando en su proyecto de paz total.
Con la llamada Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (Cneb) obtuvo en Nariño y Putumayo el compromiso de que los combatientes se concentrarán desarmados para abandonar las economías ilícitas con las que sostienen la guerra contra el Estado.
La Cneb, que comanda José Vicente ‘Walter Mendoza’ Lesmes, es una de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc-EP).
La Cneb se separó de la Segunda Marquetalia de Iván Márquez para continuar en la mesa de diálogos de paz con el Gobierno, y sostiene que la reconciliación está cerca.
Tiene dos estructuras: los Comandos de la Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, que suman unos 5.000 miembros entre combatientes y auxiliadores, que ahora manifiestan su deseo de dejar la guerra.
Según el acuerdo, los miembros de la Cneb se capacitarán para dar el salto a las economías lícitas, en una región donde 100,000 plantas de coca sostienen a miles de hogares y financian la guerra.
Como en Catatumbo, con el Frente 33 de las Farc, los guerrilleros se agruparán en Zonas para la Capacitación Integral y Ubicación Temporal (ZUT), para dejar la guerra y propiciar la sustitución de cultivos en la región.
La primera de estas ZUT, de al menos ocho en los dos departamentos, estará en Roberto Payán (Nar), uno de los municipios más ensangrentados por la guerra contra el Estado y la que sostienen las mafias del narcotráfico.
A la Cneb la responsabilizan de la muerte de once soldados ecuatorianos en un combate en el país vecino, hecho que ‘Walter Mendoza’ niega.
Un aspecto clave del acuerdo se relaciona con la decisión de la guerrilla de participar en los programas de sustitución de cultivos de uso ilícito, no solo con su respaldo político, sino también involucrando a miembros de sus estructuras como participantes del proceso, sin armas ni uniformes.
Este punto diferencia a estas de la ZUT de Catatumbo, pues los excombatientes se agruparán para integrarse a programas de transformación de economías ilícitas en legales, entregarán sus armas, destruirán material bélico y participarán en la eliminación de minas antipersonales”.
Según expertos, en este caso no se trata de una mesa tradicional como la que existe con las disidencias del ELN, también en Nariño. Aquí hubo una decisión unilateral de la Cneb de reincorporarse a la vida civil.
Por eso se habla de “construcción” y no de negociación, lo cual marca un camino distinto y de fondo en los avances.
En Nariño y Putumayo hay presencia de otros grupos armados: los Comuneros del Sur (finaliza su acuerdo de paz con el Gobierno), el grupo de ‘Iván Mordisco’, en el norte de Nariño; el Estado Mayor de Bloques y Frentes, y reductos del ELN.
Otras diferencias con la ZUT de Catatumbo tienen que ver con que serán zonas de capacitación con programas de transformación económica, no habrá presencia armada de los guerrilleros y habrá protección del Estado.
La idea es que las guerrillas pasen de ser actores armados a convertirse en activistas de la transformación social, aprovechando su conocimiento del territorio y sus lazos con las comunidades.