El presidente Gustavo Petro advirtió que “la oligarquía de Colombia debe saber que ahora tiene al pueblo enfrentado”, porque le negó reformas fundamentales y le impidió expresar su voluntad a través de una consulta popular.

Petro habló en Barranquilla el martes en la noche, ante millares de simpatizantes que le expresaron su respaldo y lo vitorearon cuando dijo que los políticos tradicionales “nos quitan la dignidad” y señaló que ahora el diálogo político será al calor de la lucha popular.

La masiva movilización es la primera sesión de un cabildo abierto que convocó hace pocos días, cuando el Senado desaprobó por dos votos la convocatoria de una consulta popular para reformas las leyes laborales.

Según la Constitución, los cabildos son un mecanismo “de participación del pueblo en ejercicio de su soberanía”, al igual que una elección, un plebiscito o un referendo.

Encuentros como el de Barranquilla pretenden que los ciudadanos definan los pasos a seguir en la búsqueda de reformas sociales inaplazables.

En la ciudad de origen del radical opositor Efraín José Cepeda Sarabia, 75, (PC), presidente del Senado y principal factor para negar la consulta, Petro llamó traidores a los políticos tradicionales, porque “creen que pueden convertirse en verdugos del pueblo”.

“No les importa traicionar, porque están seguros de que van a sacar billetes en las próximas elecciones” para comprar los votos que los eligen, señaló el mandatario.

Barranquilla es la ciudad ícono de la compra de votos en Colombia. Mediante prácticas poco ortodoxas, allí está consolidado el inmenso poder de la familia Char (CR), opositora acérrima del Gobierno.

Por ello, Petro propuso que “la consigna debe ser: ‘Me aguanto el hambre y no acepto billete sucio’. No va a haber más pobres vendiendo su voto en el Caribe colombiano”.

Apartes del discurso del presidente fueron dedicados al presidente del Senado. “El señor Cepeda votó contra ustedes, contra el pueblo”, exclamó.

“Fuera, fuera, fuera”, respondió una multitud de sindicalistas, estudiantes, campesinos y ciudadanos particulares.

“Pensamos que Cepeda era un caballero y no fue así”, se quejó Petro. “Hay que aprender: esta discusión ya no se hará en frío, sino que será en la lucha popular”.

El presidente respaldó la convocatoria de una huelga general (que él sugirió) convocada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) para los días 28 y 29 de mayo.
En la práctica, el mandatario dio un discurso de una hora y media sin ninguna intervención de la audiencia.

Después de su mensaje, el Paseo de Bolívar se vació en cuestión de segundos.